Antes de adquirir un inmueble se deben considerar los gastos adicionales que no cubren los créditos hipotecarios, tales como, escrituración, gastos de originación del crédito, avaluó e impuestos como el ISAI, el cual es el Impuesto Sobre Adquisición de Inmuebles que se genera al momento en que se adquiere un bien inmueble. Conoce todo sobre este impuesto en esta edición del blog.
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Durante la compraventa de un bien inmueble, ya sea una vivienda, terreno, local comercial, nave industrial u oficinas, se generan impuestos, tanto para el comprador como para el vendedor. El ISAI, también conocido como Traslado de Dominio, debido a que debido a que incluye el derecho de cambiar el nombre del propietario.
Quién debe pagar el ISAI y cómo se calcula
El pago del ISAI corresponde al comprador y debe realizarse al momento de la escrituración del inmueble ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. En casos excepcionales, como la donación del inmueble entre familiares o asociaciones civiles, se puede eximir el pago de este impuesto. Su trámite y pago generalmente lo realiza la notaria encargada de la escrituración del inmueble, por lo que se incluye dentro del pago de gastos de escrituración.
El cálculo de este impuesto se basa en el valor total de la propiedad, para determinar su valor se considera el avalúo comercial, el valor catastral y el precio de venta. Se toma el valor más alto de estos para determinar el monto del impuesto, que generalmente es del 2 %, aunque en lugares como la Ciudad de México puede llegar hasta el 6 %. La determinación del impuesto es sencilla y puede ser realizada por un notario al momento de la escrituración. Por lo general, el pago se realiza al momento de la transacción, aunque en algunos casos los compradores tienen hasta 15 días después de la compra para hacerlo.
Como mencionamos previamente, al comprar una propiedad, la notaría se encarga de retener los impuestos, así como de gestionar los pagos y trámites necesarios para que tanto el comprador como el vendedor puedan estar tranquilos y sin preocupaciones.
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Certeza jurídica
Existen muchos casos en los que la compra de una propiedad se realiza bajo un contrato privado, sin notificar al Registro Público de la Propiedad y a un notario. Hacer esto, es muy peligroso porque estás poniendo en riesgo tu patrimonio, ya que para tener el control total del inmueble es necesario que tu nombre se encuentre tanto en las escrituras como en el Registro Público de la propiedad.
Mientras el traslado de dominio no se complete, el vendedor mantendrá la propiedad legal, lo que le permite venderla, solicitar un crédito hipotecario, o incluso alquilarla. En caso de no contar con los recursos necesarios para la compra, optar por un crédito hipotecario es la opción más segura para adquirir una vivienda. El banco realizará un exhaustivo análisis de la propiedad para asegurarse de que todo esté en regla antes de aprobar el crédito.
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Para asegurarte de ahorrar dinero con un crédito hipotecario, te recomendamos buscar la asesoría de un intermediario hipotecario, también llamado bróker. Este intermediario se encargará de analizar tu situación financiera y encontrar el crédito que más te convenga, tomando en cuenta tus necesidades y posibilidades. Lo mejor es que su servicio no tiene costo alguno, pero antes de contratar a un bróker hipotecario, asegúrate de que este se encuentre certificado.
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