Brókers, agencias inmobiliarias y comparadores bancarios pueden actuar como intermediarios entre el cliente que busca un préstamo hipotecario y las entidades bancarias y financieras. ¿En qué pueden ser útiles? ¿Cómo operan? ¿Y cuánto cuestan?
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Si te estás planeando adquirir una hipoteca lo primero que piensas es contratarla con un banco, pero antes, deberías echar un vistazo a otras opciones que te pueden resultar igual de útiles. Cualquier consumidor puede pensar que tocando puerta en todas las entidades acabará consiguiendo lo mismo que un asesor, ahorrando los honorarios, pero la realidad no siempre es así.
La principal ventaja que presentan todos los intermediarios —ya sean brokers, comparadores o las mismas agencias inmobiliarias— es su capacidad de buscar simultáneamente entre muchas ofertas y no centrarse solo en una o en las condiciones específicas que ofrezca una entidad financiera.
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Un asesor debe conocer todos los productos hipotecarios que ofrece la banca, y debe tener acuerdos con la mayoría de las entidades, conseguirá la mejor hipoteca y la más adecuada para un determinado perfil, es decir, a cada cliente se le ofrecen varias opciones que se adaptan a sus necesidades.
Se le asesora, se le explican las distintas condiciones y los productos vinculados, se le orienta hacia las entidades que más posiblemente aceptarán la solicitud y, al final, él decide cuál es la opción más interesante. Un intermediario tiene la capacidad de “hablar de tú a tú” con la entidad bancaria y, a veces, de mejorar las condiciones de la hipoteca. Elegir un intermediario puede ayudar a ahorrar miles de pesos con una hipoteca que no esté adecuada al perfil del usuario.
La mejor parte es que los servicios de un intermediario hipotecario como Creditaria, no tienen costo para el cliente.
