Es importante que sepas que jamás te vas a encontrar con dos clientes que sean iguales y que las diferencias entre cada uno son bastante notorias, pero si les prestas la atención necesaria es posible que los categorices basándote en cuestiones como su personalidad, sus expectativas de compra, sus decisiones, motivaciones, gustos, intereses, etc.
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Tener a tus clientes clasificados te facilitará la creación de estrategias enfocadas a captar su interés, convencerlo de comprar tus productos o servicios, cerrar la venta y fidelizarlo. Por eso te diremos los tipos de clientes con los que te puedes encontrar y cómo tratarlos.
Clientes agresivos
Son personas con carácter fuerte, por lo que la relación con ellos puede ser un tanto complicada ya que el más mínimo error podría provocar un gran problema. Es importante que los escuches, que seas cordial y que reciban un servicio y atención prácticamente perfectos para que logres ganarte su confianza.
Clientes impacientes
Son aquellos que quieren encontrar la solución a sus necesidades lo más pronto posible y siempre esperan que sus solicitudes sean atendidas de forma inmediata. Para mantenerlos contigo es importante que seas rápido y eficiente.
Clientes racionales
Se caracterizan porque se enfocan en el producto o servicio que les estés ofreciendo, sobre todo porque ya sabe qué es lo que quiere y necesita, razón por la cual le da mucho más valor al precio, a la funcionalidad y a los beneficios que le dará la compra.
Clientes indiferentes
Este tipo de clientes son los más difíciles de atraer debido a que no solo debes de convencerlos de los beneficios que obtendrán con tu producto o servicio, sino que también deberás trabajar mucho en atraer su atención.
Clientes indecisos
Son clientes que tienen problemas a la hora de elegir entre las distintas opciones con las que cuentan, por eso es importante que se les den explicaciones breves y directas. Es importante que seas muy paciente con ellos, porque tomarán más tiempo del que esperas para tomar una decisión.
Clientes insatisfechos
Se trata de aquellos a los que tus productos o servicios no lograron satisfacerlos del todo, por lo que debes de encontrar la forma de cumplir con sus expectativas.
Clientes desconfiados
Este tipo de clientes requieren de una gran cantidad de información para que se aseguren de que los beneficios que les dará obtener lo que les estás ofreciendo. Para lograrlo es importante que les cuentes casos específicos, ejemplos claros y por supuesto, responder todas sus dudas.
Clientes leales
Están completamente satisfechos con lo que les has ofrecido y la atención que les has dado, ahora solo te falta convertirlos en embajadores de tu marca.
Clientes embajadores
Debido a que están altamente satisfechos, se convierten en difusores de las referencias positivas que ven en ti.
Teniendo esta clasificación será mucho más fácil otorgar un mejor servicio a tus clientes, pero también es importante que conozcas la posibilidad de que cambien de categoría en más de una ocasión.
