Cuando se habla de deudas, comúnmente se relaciona con algo malo, no obstante las deudas se pueden dividir en dos tipos, las malas o destructivas que son las que ponen en peligro tu estabilidad financiera, y las buenas o expansivas que son las que te ayudan a incrementar tu patrimonio e incluso obtener ganancias. Diferenciarlas es muy sencillo, te decimos cómo.
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Deudas malas
Las deudas malas o también llamadas destructivas, son las que se ligan al estilo de vida. Se adquieren al utilizar tarjetas de crédito como una extensión del salario en bienes perecederos, es decir, bienes que pierden valor con el tiempo o pago de servicios.
Adquirir estos bienes por medio de una tarjeta de crédito no tiene nada de malo, siempre y cuando contemples estas compras como parte de tus gastos mensuales y puedas liquidar la tarjeta cada mes. Toda deuda que no se pague se convertirá en un problema serio para tu bienestar y economía, pero éstas deudas en particular son más peligrosas por hacerse en gastos más pequeños.
Deudas buenas
Son todas aquellas que incrementan el patrimonio. Estas son un apalancamiento financiero, es decir, cuando obtienes dinero de un tercero para usarlo de forma productiva. Este tipo de deudas te mantienen seguro ante circunstancias desafortunadas e incrementan su valor a futuro.
Una de las características de las deudas expansivas es que reflejan sus beneficios a largo plazo y puedes diferenciarlas de las destructivas cuando estas no sobrepasan el 30% de tus ingresos y cuando se destina a bienes duraderos.
Ejemplos de deudas buenas:
- Créditos de adquisición de bienes inmuebles. Los bienes inmuebles no pierden su valor con el tiempo, al contrario, este aumenta y si eres todo un inversionista puedes obtener ingresos constantes a partir de ellos.
- Compra de un automóvil de segunda mano, al comprarlo de esta manera te estarás ahorrando una buena suma.
- Créditos hipotecarios para construcción o remodelación
- Financiamientos para negocios. La banca comercial cuenta con una amplia variedad de financiamientos para PyMEs, estas son deudas buenas porque puedes adquirir materia prima para aumentar tu producción con lo que obtendrás más ganancias.
- Financiamientos para adquisición de franquicias. Invertir en un negocio siempre es una buena idea, algunas franquicias permiten los financiamientos externos para adquirirlas e incluso la propia marca puede tener planes de financiamientos.
Los ejemplos anteriores permiten que tu dinero y patrimonio crezca, en lugar de pagar intereses por algo que ya consumiste estás pagando por algo que te permitirá generar más ingresos o bien incrementará el valor de tu casa esa es la diferencia entre una deuda mala y una buena.
Al utilizar tus tarjetas de crédito asegúrate de no gastar más de lo que ganas mensualmente y liquida las cuentas cada mes, de esta forma no te endeudas y trabajas en tu historial crediticio.
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