Aunque solemos utilizarlos como sinónimos, se trata de dos productos diferentes, cada uno con sus condiciones y dirigido para diferentes objetivos. Queremos explicarte las diferencias:
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Un préstamo es una cantidad de dinero fija entregada al cliente, mediante el cual se compromete a devolver de forma periódica y en un plazo determinado. En este, tanto el cliente como el banco o la institución financiera en función tiene claro cuál será el costo de la operación, el monto de los intereses a pagar y el tiempo de vida de la deuda.
En cambio, un crédito hipotecario es una cantidad prestada a un cliente sin que ésta fija. En estos casos, la entidad financiera establece un límite máximo para prestar, mismo que puede ser utilizado por el beneficiario en su totalidad. Esto quiere decir que, si el banco te presta 100 mil pesos, tú como cliente decides cuánto tomar y dependiendo de ello, se definirán los intereses a pagar.
Así que lo más recomendable es que antes de adquirir alguno de estos productos te informes bien para elegir el que mejor se adapte a tus necesidades del momento y a la capacidad de pago con la que cuentes.
Si lo que buscas es un crédito hipotecario te recomendamos acercarte a cualquiera de nuestras más de 420 sucursales que tenemos a nivel nacional en donde nuestros asesores expertos encontrarán el crédito que mejor se adapte a tus necesidades financieras. ¡No lo pienses más!
