Comprar o vender un inmueble requiere de una serie de procesos, algunos más complejos que otros, de nuestra parte ya que no solo necesitamos de la disponibilidad en tiempo para realizar los trámites y mostrar nuestra propiedad, también se necesita habilidad para venderla a un buen comprador.
Por esta razón es que existen las agencias inmobiliarias, empresas que se encargan de gestionar la venta por nosotros. Pero como en todos los sectores, los hay unas mejores que otras o que se adapten mejor a los que nosotros como clientes buscamos. Gracias a la variedad de inmobiliarias que hay en nuestros país, es recomendable evaluar antes de contratar sus servicios.
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Revisa su perfil en internet
En los tiempos que corren, cualquier inmobiliaria que se jacta de contar con un buen servicio debe contar con una página web y tener cuentas de redes sociales. Si de inicio no cuenta con alguna de las dos, debemos desconfiar de ella.
En sus perfiles en redes sociales y en su sitio web podemos encontrar información sobre ella, su trayectoria e incluso la reputación que tiene en el sector. Para ello podemos mirar las opiniones, sobre todo en redes, que existen sobre sus servicios; esto puede servir no solo para corroborar la satisfacción que han tenido clientes previos, sino también nos puede advertir de malas prácticas dentro de la inmobiliaria. De esta forma podemos saber si la agencia cuenta con profesionales a su cargo.
Además, también podemos curiosear los anuncios de otros inmuebles que la agencia tiene publicados en los portales inmobiliarios. Esto nos dará una idea de la cartera de clientes que tiene, el tiempo en que logran vender una casa y la forma en que publicitan un inmueble.
Transparencia en los honorarios
Ante de firmar un contrato para que vendan nuestra propiedad, debemos saber con exactitud qué vamos a pagar. Por ello es necesario informarse antes de tomar cualquier decisión sobre qué servicios están incluyendo en el contrato o que cuota es la que tendremos que cubrir por contratarlos.
Por ejemplo, saber si pueden hacer las visitas por nosotros o qué documentos pueden gestionar en nuestro nombre. Además, debemos tener muy claras las condiciones del contrato y el tiempo de duración del mismo. Así, nos podemos evitar muchos inconvenientes.
En caso de exclusividad, el tiempo no debe ser excesivo
Algunas agencias ofrecen un contrato de exclusividad para que ninguna otra inmobiliaria pueda vender el inmueble y aunque pareciera que esto te pone en desventaja al no tener la oportunidad de publicitarse en otros sitios web, lo cierto es que gracias a esto,3 las inmobiliarias deben comprometerse a invertir todos sus recursos en vender tu propiedad en menos tiempo.
En este sentido, es recomendable que oscile entre los tres y los seis meses, pero que en ningún caso llegue a un año. Es tu derecho como cliente exigirle un plazo corto para la venta de tu inmueble y en caso de que no lograrlo, podremos cambiarnos de agencia.
Desconfía si te dan una tasación muy alta
Una de las ventajas que tiene vender con una inmobiliaria es que poseen un conocimiento muy amplio de la zona y del mercado. Por lo que su opinión puede ser de mucha ayuda a la hora de fijar el precio de venta de nuestro piso. No obstante, es importante que antes investiguemos por nuestra cuenta la situación del mercado. Para ello, podemos realizar varias tasaciones online gratuitas en la web de nuestra vivienda y compararlas con los precios de inmuebles similares al nuestro a la venta en los portales inmobiliarios.
Así tendremos una idea realista, por lo que sabremos si una agencia nos está dando una valoración muy alta solo para captarnos como clientes. Una inmobiliaria que decore la realidad y que no nos haga un análisis realista y justificado del precio al que debemos vender no puede ser muy fiable.
Leer las letra chiquitas
Por último, es importante que todos los términos y condiciones negociados con la agencia queden reflejados en la hoja de contrato. Por esto, es vital que leamos detenidamente el documento y nos aseguremos que este no tiene una letra pequeña que podemos pasar por alto y que luego puede perjudicarnos.
Si hay algo que no entendemos o que no nos queda claro, es fundamental que pidamos a la inmobiliaria que aclare nuestras dudas antes de estampar nuestra firma y comprometernos de forma contractual con la inmobiliaria.
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