La gentrificación es un fenómeno que no se puede prohibir ni evitar y sin duda el sector inmobiliario y los dueños de los inmuebles en las zonas afectadas son los principales beneficiados ante el aumento de los precios de las propiedades en la zona, sin embargo, la mayor afectación la tienen las personas con menor nivel socioeconómico que se ven obligadas a desplazarse a zonas cada vez más alejadas de su lugar de trabajo.
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La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explica que la gentrificación es la reestructuración de clases y de relaciones sociales en un espacio urbano, que se caracteriza por el desplazamiento de la población con menor poder adquisitivo. Evitar que la expulsión de personas de nivel socioeconómico menor por personas con mayor valor adquisitivo, es todo un reto que requiere de la participación tanto de gobierno, como del sector hipotecario y el inmobiliario.
Uno de los mayores retos para evitar que continúe la gentrificación es que las autoridades creen nuevos instrumentos de planeación y ordenamiento territorial para evitar que la construcción desmedida de centros comerciales y unidades habitacionales de lujo, que elevan rápidamente los precios de los inmuebles en las zonas afectadas.
Mientras que el sector inmobiliario, además de la construcción de viviendas de lujo también debe construir viviendas más accesibles para los mexicanos con salario promedio y debe tomar en cuenta la afectación a la infraestructura que provocan las viviendas verticales. Pues es en este tipo de vivienda, donde el número de habitantes se incrementa considerablemente, lo que provoca un desbalance y saturación de servicios como el agua potable; que al ser demasiada la demanda comienza a escasear mientras que el transporte público se satura y el tráfico aumenta.
Por otra parte, se estima que durante las próximas décadas el crecimiento demográfico del país sea urbano, tanto que para el 2030 las ciudades concentrarán al 83.2% de la población, por lo que para mitigar los daños provocados por la gentrificación, solo será posible con la adecuada planeación y gestión del crecimiento urbano e infraestructura.
La gentrificación es un fenómeno que no se puede parar, pero que es posible comenzar a tomar acciones para mitigar el daño que provoca. El gobierno mexicano ya cuenta con programas y acciones federales para la planeación urbana en los que se busca posibles rutas de acción en la política pública urbana para generar un modelo más sostenible e incluyente.
