Tener títulos académicos y una carrera consolidada, no es garantía de estar comprometido con la empresa que se trabaja o buscar una mejora contínua. Ser profesional no garantiza tener profesionalismo y como dueño de tu negocio, debes tenerlo en cuenta al contratar talento.
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Seguramente has conocido o enfrentado situaciones con personas que tienen títulos académicos y trayectoria, pero que distan mucho de comportarse como profesionales.
Entonces ¿qué es tener profesionalismo en el trabajo? Se trata de la cualidad de la excelencia aplicada al desarrollo de determinada actividad, donde se destacan los valores, la responsabilidad sobre el proceso y el resultado, el compromiso puesto en la tarea y la calidad superior en todo momento.
Si bien, conceptualmente se habla de profesionalismo en personas con títulos académicos, también se aplica para todo tipo de profesiones, disciplinas como el arte y el deporte, y sería deseable que, por ejemplo, en el ámbito empresarial y de los gobiernos también prospere este rasgo.
Entonces, tener profesionalismo está ligado con la ética del trabajo, es decir el conjunto de valores, cualidades, distintivas y aportes positivos de excelencia que hace una persona, aplicando sus conocimientos en pos de lograr un resultado superior.
Te dejamos 13 señales que denotan falta de profesionalismo:
- Impuntualidad
- Incumplimiento en plazos y tareas
- Desconocimiento técnico de la tarea
- Falta de empatía en relaciones humanas
- Búsqueda de polémica y discusión permanente
- Chismes
- Faltas de ortografía, errores gramaticales
- Hacer el mínimo esfuerzo en las tareas
- Mezclar relaciones personales y laborales
- No asumir compromisos
- Falta de responsabilidad
- Mala atención al cliente y compañeros
- Tener trato, presencia y formas que no están acorde con sus responsabilidades.
Una persona que es reconocida por su profesionalismo va construyendo una reputación positiva para con su trabajo y con los demás. Esto se logra en el tiempo, lleva años y se basa en pequeñas acciones diarias que, sumadas dan como resultado excelencia y calidad reconocible.
Tener profesionalismo te transforma en una persona confiable, un espejo que refleja algunos aspectos que otros quisieran imitar y también, es un orgullo personal que hace aumentar tu autoestima y autovaloración, ya que sabes lo que estás haciendo y siempre intentando dar lo mejor.
