Como responsable de un negocio o como líder de un equipo de trabajo, delegar tareas es una de tus principales funciones y probablemente la más importante. Aunque pareciera fácil de ejercer, delegar requiere de empatía y visión del negocio, cualidades que no todos poseen por igual pero que con este artículo pueden dominar para hacer el trabajo en equipo más productivo y satisfactorio.
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Delegar es una de las tareas más importantes de todo aquel que esté al frente de un negocio, una empresa o sea directivo de un equipo de trabajo. Sin embargo, existen errores que se pueden cometer y que perjudican a la empresa o negocio, los los errores más comunes son:
Negarse a delegar
Es una actitud típica entre personas que necesitan tener control absoluto de todo y no muestran confianza suficiente en nadie. Ocurre también en quienes ejercen un liderazgo autocrático o en esos responsables de proyecto que han tenido una mala experiencia delegando trabajo.
En muchos casos, los fracasos del pasado radican en que el emprendedor o directivo que delega, espera del responsable de la tarea que se comporte como un clon suyo, planificando, analizando, ejecutando tareas exactamente igual que lo haría él.
Delegar y olvidar
Delegar no es endosar, sino gestionar. Lo primero conduce a la servidumbre, lo segundo es una fórmula más del trabajo en equipo.
Conviene recordar que la persona que delega sigue siendo la responsable final de la decisión de delegar y del trabajo resultante. Asignar tareas y no hacer nada más (seguimiento, evaluación de resultados, etc.) es un error grave. Las causas pueden ser múltiples: falta de organización, mala comunicación, irresponsabilidad o falta de capacidad de gestión.
Para evitar estos errores y que el trabajo en equipo dentro de tus colaboradores sea más armonioso y eficaz, te recomendamos:
- Explicar bien la tarea que se delega: paquete de trabajo, importancia, contexto, herramientas necesarias, actores involucrados, riesgos, etc.
- Definir bien el alcance de la tarea: qué decisiones se delegan completamente, cuáles se consultan y qué asuntos no se consideran.
- Definir entregables concretos: evitar ambigüedades, indeterminaciones y sorpresas desagradables.
- Establecer hitos de control.
- Hacer una crítica constructiva: refinar el proceso, destacar lo que ha salido bien y analizar los que se debe mejorar.
Si por otra parte, si tú aún no tienes un negocio propio ni eres el líder de un equipo de trabajo; aprender a delegar desde ahora te ayudará a incrementar tus habilidades para cuando tengas un negocio propio o para crecer dentro de una empresa ya que es una de las habilidades más valoradas dentro del mundo empresarial.