Durante los años 60-70 en Europa y Estados Unidos surgió una nueva forma de interpretar a la banca y al sistema financiero llamado banca ética, la cual surge de la reflexión de ONGs, iglesias y ciudadanos para detener el financiamiento a causas injustas. Por lo que en 1971 nació el Pax World Fund, el primer fondo ético que excluía a todas las empresas relacionadas con la industria armamentista.
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Podemos definir a la banca ética como el conjunto de entidades financieras cuyo objetivo de negocio son las actividades económicas que se encuentran fuera de la especulación y de las prácticas vinculadas a la economía del mercado. En otras palabras, son las entidades financieras que apoyan las iniciativas que buscan el desarrollo social y ecológico a través de colaboración en proyectos impulsados por ONGs, para estimular el comercio justo, la cooperación y financiación de proyectos sostenibles, ecológicos con un enfoque social positivo.
Tomando en cuenta las características mencionadas se puede decir que la banca ética es:
‘‘Aquella que garantiza, de forma transparente, que el dinero que se le confía se invierte no
sólo conforme a criterios de rentabilidad económica, sino también, social y medioambiental’’
En México el sistema financiero está conformado principalmente por entidades financieras multinacionales, así como por entidades nacionales más pequeñas como Sofomes y SOFIPOS que son las principales otorgantes de créditos empresariales. Sin embargo, el concepto de banca ética no ha llegado por completo, aunque si se han realizado algunos proyectos para intentar desarrollar el concepto, como el proyecto Alianza Cooperativista Nacional (ALCONA).
Los mexicanos que no cuentan con una cuenta bancaria tradicional podrían tener acceso a este proyecto como ahorradores, pues si bien son muchos los sectores que se beneficiarían con la inclusión de este tipo de banca, aún queda mucho camino por recorrer para que sea una realidad.