La crisis económica a la que se ha enfrentado el mundo entero durante los últimos años ha impulsado a muchas personas a emprender un negocio, proyecto o empresa propia, sobre todo porque ser tu propio jefe es sumamente atractivo en un país donde las condiciones laborales no son las óptimas para el desarrollo, crecimiento y felicidad de los empleados.
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Sin embargo, hay que estar conscientes de que emprender no es algo sencillo, y la prueba está en que el 82% de las nuevas empresas no llegan a los cuatro años de vida, pero esto no quiere decir que sea imposible, en realidad es mucho mejor arriesgarte a emprender el negocio de tus sueños.
Para ello deberás invertir cierta cantidad de dinero, por lo que lo ideal es contar con un fondo de ahorro y tener en mente que cada centavo que se aporte a él cuenta. Luego deberás conocer tu perfil de inversor:
Conservador ---> Medio ---> Agresivo
Estos tipos se refieren específicamente a qué tanto dinero se está dispuesto a perder, ¿mucho, poco o nada? Y es muy importante que te contestes esta pregunta antes de tomar la decisión de invertir, ya que de esta forma será más sencillo encontrar el negocio ideal para ti y tus expectativas.
En cualquier inversión pueden existir ganancias o pérdidas, sin embargo, debes de tener claro que el que no arriesga no gana y para emprender hay que arriesgarse y saber que las cosas podrían no salir bien, así que también hay que estar preparados para el fracaso, ya que para manejarlo se requiere paciencia y muy buena actitud. Si consideras que no podrás sobreponerte del fracaso, lo mejor sería que no renunciaras a tu estabilidad laboral.
Pero si sabiendo esto sigues convencido de emprender, entonces es momento de encontrar el negocio correcto para ti y para ello no solo basta con analizar al mercado y a tus clientes potenciales, sino que es muy importante no dejar de lado tu verdadero potencial, tu pasión, aquello para lo que de verdad eres bueno para así poder aportar algo a la sociedad.
Arriésgate, no obstante toma tus precauciones.